domingo, 13 de noviembre de 2011

El plástico de tu perfume- Lisandro Aristimuño



De un momento un gesto se convierte en fría calavera
Y una lágrima se cae en medio de una vida entera
Desde adentro sale una canción que no vale la pena
Sólo es una nota que se escapa con el aire de una vela

Cuando la novela se descargue del todo
Búscame al final de tu heladera
Envuélveme en el plástico de tu perfume
Déjame caer otra vez

¿Cómo se abren las ventanas dentro de mi casa nueva?
¿Dónde corta el brillo en la noche desde tu ceguera?
¿Qué será del viejo calendario que vivió mis días?
¿Quién me dibujó ahí sentado por el resto de mi vida?

Cuando la novela se descargue del todo
Estaré subiendo la escalera
Envuelto en la nostalgia de tu perfume
Volveré a caer, otra vez

Tu nombre y el mío - Lisandro Aristimuño



 
Hoy se respira viento sur
Ese que nace del frío
Horno de barro calienta el sol
De los lugares perdidos

Vuelve la calma de tu voz
Con la corriente del río
Manto de cielo sobre el tendal
Teje tu nombre y el mío

Campo de colores se cubre en tu luz
Deja la lluvia caer,
Riega los suelos del sur
Moja la nueva cosecha que vendrá

Tu cuerpo calma mi dolor
Y se dibuja el camino
Manto de cielo sobre el tendal
Teje tu nombre y el mío

Hoy se respira viento sur
Ese que nace del frío,
Horno de barro calienta el sol
De los lugares perdidos

Zamba Del Laurel-Armando Tejada Gómez - Gustavo Leguizamón




Si lo verde tuviera otro nombre
Debería llamarse rocío
Si pudiera volver desde el agua al laurel
Volvería a la infancia del río.

En lo verde laurel de tus ojos
El misterio del bosque se asoma
Y la vida otra vez vuelve flor de tu piel
Bajo un sol de muchacha y aroma.

Déjame en lo verde
Celebrar el día
Porque por lo verde
Regreso a la vida:
Yo muero para volver
Juntando rocío en la flor del laurel

Si lo verde supiera tu nombre
La ternura no me olvidaría
Porque viene de vos puro y simple el verdor
Como el simple verdor de la vida.

Se me ha vuelto cogollo el silencio
De esperarte a la orilla del río
Y me gusta saber que un aroma a laurel
Te llenó de rocío el olvido